LOS ESTUDIANTES NO QUIEREN DEBATIR, ¿USTED SÍ?



LOS ESTUDIANTES NO QUIEREN DEBATIR, ¿USTED SÍ?

Al leer y escuchar a los jóvenes estudiantes de las universidades públicas y privadas que marchan por una mayor calidad de la educación en Colombia, se evidencia que la discusión solo se da en los términos de aumento del presupuesto, es decir, las exigencias de los educandos y profesores tiene como propósito conseguir más dinero[1]: i) inyección monetaria a las universidades públicas, ii) adición presupuestal de más de 15 billones de pesos para la educación superior[2], iii) aumento de rublos de dinero para el SENA y la ESAP, iv) la reducción y/o eliminación de créditos e intereses del ICETEX y, v) la modificación de la ley 30 que en últimas se traduciría como más presupuesto; en ese orden de ideas, si el gobierno nacional saca una chequera y reparte a diestra y siniestra, el conflicto con los estudiantes se solucionaría.

 Esa es la verdadera cuestión que se da, el estudiante no discute el modelo económico, el estudiante no va al fondo del problema financiero, el estudiante no da un debate profundo respecto al cómo el Estado presta la educación, la mayoría de los estudiantes de buena fe pero sin un argumento económico sólido, salen en marchas motivados por grupos políticos opositores al gobierno que tiene como propósito causar inestabilidad[3] social[4].

El Liberalismo clásico como fuente de debate:

Los teóricos del liberalismo clásico han sostenido que el Estado tiene que ser limitado frente a las funciones que asume como coordinador del poder social, esto en el sentido inmediato del control moral o más bien del autocontrol respecto a las decisiones que pudiesen afectar a los individuos, y las únicas disposiciones que pueden limitar la materialización del poder son los actos de los constituyentes, tanto el primario, a través de una constitución liberal enmarcada en la teoría de la división de poderes, como el secundario, a través de actos legislativos o proyectos de ley que restrinjan la acción del Estado. En ese orden de ideas, el liberalismo defiende que el Estado tiene como función primaria y absoluta garantizar la efectividad de las libertades de los individuos, pero además, resalta que quién asume determinada posición de forma libre, así mismo, es el responsable de las consecuencias que produzca, sean favorables o no. En efecto, el liberalismo busca al máximo reducirle el poder al Estado y maximizar por otro lado, la capacidad de libertad de los individuos en una sociedad civilizada.

En materia de educación existen distintas líneas del pensamiento sobre el grado de intervención del Estado en la educación, ejemplo de ellos es que Adam Smith[5] padre del liberalismo económico, sostuvo que las funciones del estado eran la educación, seguridad y justicia; pero por otro lado, escritores como Friedrich Hayek[6] y Milton Friedman[7] economistas liberales del siglo XX sostuvieron una postura más escéptica frente al Estado, es decir, le redujeron su función frente a la educación.

En una conferencia[8] se le preguntó al economista liberal y PhD. en filosofía, Axel Káiser sobre la función del Estado en materia de educación, en el siguiente contexto: - ¿Cuál es el rol del gobierno dentro del liberalismo clásico respecto a la educación? - A lo que respondió: -Por la distinta gama de pensadores liberales no está claro dónde está el límite del Estado, lo que sí está claro, es que debe intervenir lo menos posible. – Es decir, aunque el liberalismo no define el límite de intervención del Estado respecto de la educación, es evidente que dicha intervención debe ser la mínima posible, porque la reducción del poder del Estado es la razón de ser del liberalismo clásico.

Sistema económico educativo de Colombia:

Para dar un buen debate sobre el sistema económico que rige la prestación de la educación en Colombia, debemos entender cómo funciona el sistema económico educativo:

I.              Contribuyente: Personas naturales o jurídicas que con sus impuestos financian el sistema educativo. (Resáltece que son aquellos que contribuyen al sistema de educación pero no consumen del Estado el dinero que aportan, es decir, los que verdaderamente le aportan al Estado).

II.     Gobierno nacional: Se encarga de la recolección de los impuestos y de la administración de la distribución de los rublos en materia de educación.  Además diseña y regula la política pública de educación.

III.      Universidad: Entidades autónomas que reciben el dinero directamente del gobierno nacional, tiene la función de prestar y acondicionar los lugares para la enseñanza, tiene la función de contratar el personal académico que dictará las cátedras y además de financiar el sistema de pensiones de sus catedráticos.
 
IV.          Estudiante: Personas naturales que se reciben las clases, es decir, son aquellos que son los beneficiarios de la educación en Colombia.

V.           Entes de control: Son entidades que hacen parte del Estado y tiene distintas funciones: disciplinares (Procuraduría), fiscales (Contraloría), investigativas y penales (Fiscalía y Juzgados) y de verificación (Personerías y Defensorías).

Flujo de dinero: El contribuyente entrega sus impuestos al Gobierno nacional a través de la DIAN[9], ya en sus arcas el Estado distribuye los rublos para su sostenimiento y el cumplimiento de los fines del Estado, el Ministerio de Educación[10] recibe su porción para la educación en general, y para la educación superior conforme a los artículos 84 al 92 de la ley 30 de 1992[11]. Por lo tanto, el Estado entrega el dinero a las Universidades, pero además debe aportar del presupuesto general anual para el mantenimiento y funcionamiento de los entes de control, que cooperan para garantía de un buen sistema educativo. Por su parte, las universidades deben mantener la infraestructura educativa en un buen estado, contratar personal de mantenimiento, aseo, académico y administrativo para su buen funcionamiento. Por último, el Estudiante se beneficia del derecho a la educación.



Problemas del sistema educativo de Colombia:

I.              Corrupción:[12] Las sumas de dinero mientras son recogidas por las entidades del Estado y su distribución en los entes de control y las universidades, se ven diezmadas por la corrupción, además, tampoco se puede negar que los entes universitarios y de educación superior, internamente se prestan para chanchullos que derivan en la pérdida del erario.[13]

II.            Pésima calidad[14]: Las universidades públicas de Colombia ocupan puestos muy descalificados frente a su calidad con respecto a las universidades del mundo, a continuación se expondrán el ranking mundial y el latinoaméricano:



III.           Sobre Costos: El costo de las Universidades públicas del país es muy alto, tanto que la Educación Pública es más costosa que la privada, así lo evidencia el presupuesto general de las Universidades públicas en relación con el costo unitario de cada estudiante, que demuestra que el valor de inversión que hace el Estado por cada educando de la universidad pública es muy elevado, superior al valor del semestre de la Universidad más costosa del país.
Comparecen los valores con el siguiente cuadro[15]:



Frente al sobre costo financiero del Estado, el alcalde de Bucaramanga, el ingeniero Rodolfo Hernández en una entrevista de Vicky Dávila para la W, mencionó:

 “La educación pública no necesita más dinero, necesita eficiencia. La UIS tiene un presupuesto de 25 millones por estudiante al año, la Universidad Nacional, 36 millones por estudiante al año. Del total del área construida de la UIS el 40% está destinado a Educación, 60% para burocracia. Tiene un funcionario por cada 6 estudiantes, tiene más de 4 mil funcionarios."

IV.          Des-financiación: La oferta educativa en materia de educación universitaria en Colombia no suple la demanda, un ejemplo de ello es la Universidad Nacional, cuando su demanda para el 1er semestre del año 2017 ascendía a 70.729 estudiantes, sin embargo, su oferta se registró en 5.500 cupos[16].

Una propuesta para mejorar el sistema educativo en Colombia: Subsidiar al consumidor no la producción.

Distintos economistas, académicos, políticos y periodistas colombianos, tales como Daniel Raisbeck[17]; Juan de Zubiría[18], Vanessa Vallejo[19] han manifestado que el problema de la educación superior en Colombia se solucionaría con la reducción proporcional del Estado frente a la educación, más concretamente a la eliminación del subsidio académico[20]; sin embargo, otros sectores han hecho un llamado no tan estricto desde el punto de vista liberal y sostiene que el subsidio a la educación se debe mantener pero no en la oferta sino en la demanda.

LOS VALES ACADÉMICOS

Un ejemplo de ellos son los School Vouchers o College vouchers; traducidos al español como vales académicos, esta propuesta tiene muchas décadas sonando, sin embargo, en Colombia no se ha logrado y lo que pretende dicha propuesta es subsidiar al estudiante y no a las universidades de forma directa. En este sentido el economista con premio Nobel de 1976, Milton Friedman mencionó:

“Si quieres subsidiar la producción de un producto o servicio, hay dos formas de hacerlo, puedes subsidiar al productor, o puedes subsidiar al consumidor. En la educación, suele subsidiarse al productor, se subsidia a las escuelas y universidades. Pero si subsidias al estudiante, en cambio, conseguirás competencia, el estudiante podrá elegir a que escuela o universidad prefiere ir, y eso forzará a las escuelas y universidades a mejorar los medios para ser más atractivas para los estudiantes. Entonces, tomen el dinero que ahora gastamos en educación, divídelo por el número de estudiantes, y denle ese monto de dinero a cada estudiante”[21]. (Negrilla fuera del texto)

La propuesta que dio Friedman en 1955 combate los problemas de la educación en Colombia, porque dinamizan el sistema económico colombiano. Para que dicha propuesta prospere, el Estado colombiano debe hacer un gran esfuerzo y privatizar las universidades públicas o la mayoría de ellas, y además, garantizar unas reglas claras en materia de libre mercado y liberalización del comercio educativo. Y la razón principal es que como es el estudiante el que recibe el dinero a través del vales o bonos académicos, entonces es quién tiene la facultad para utilizar ese dinero en la universidad que a su perspectiva le ofrezca mejores condiciones educativas, esto es, calidad y precio, en este sentido, al empoderarse al estudiante, porque se le está entregando el dinero para que compre su educación, se le está dando la autoridad para exigir una buena calidad en el servicio. De lo contrario, el estudiantado podrá optar por trasladarse de universidad y con su dinero premiar a la buena universidad y castigar a la mala.

Al crear un espacio de libre competencia entre las universidades del país, se premia la competitividad; las dinámicas del mercado permiten que las mismas presenten ofertas de muy buena calidad y a un muy buen precio para que así puedan convencer a los estudiantes de que compren su servicio de educación en su institución, esto en últimas hace que aquellas universidades que no son competitivas, que no ofrezcan una buena calidad o buenos precios vayan a la quiebra y por lo tanto vaya filtrándose la educación en la mejores universidades, es decir, de aquellas que presten un muy buen servicio a un muy buen precio.

Un espacio de libre competencia entre universidades, haría que los entes de control pierdan su propósito, pues en dicho contexto, es el estudiante quién pone las condiciones en las que desee estudiar, y si en algún momento no le satisfacen sus necesidades académicas, entonces, podrá optar por comprar su educación en otra universidad.

 El sistema de vales tendría un esquema así: 



Beneficios del Sistema de Vales académicos:

I.       Ahorro de recursos: El sistema de vales académicos permite el ahorro de recursos por distintas razones: la primera radica en que la burocracia del estado se reduciría, toda vez que, los entes de control podrían mermarse significativamente; la segunda: es que se produce un ahorro en materia educativa, ya que quién ofrece el servicio de educación (universidades) tendrán la obligación de reducir sus costos, pero aumentando su calidad, para convencer al estudiantado y no ir a la quiebra.

II.            Mayor calidad: Una espacio de libre competencia, obliga al empresario propietario de universidades a jugar con las dinámicas de la oferta en su servicio educativo, por lo tanto la competitividad debe rayar con altísimos niveles de calidad, así pues, las universidades se harán más atractivas cada día para sus consumidores (estudiantes).

III.           Reducción de la corrupción: la interacción entre el consumidor (estudiante) y el prestador del servicio (universidad) reduce ipso facto los niveles de corrupción, porque el empresario querrá obtener ganancias de su empresa, pero también el estudiante querrá obtener una educación de calidad, es decir, el tira y afloje del mercado hace que la burocracia institucional y corrupta no sea necesaria.

Tras hacer un análisis detallado del presente escrito, como joven estudiante, me veo motivado a dar el debate de los vales académicos, un verdadero debate, la solución no está en aumentar el gasto público del Estado, porque a mayor gasto público, mejores y más oportunidades de corrupción entre los funcionarios del Estado, porque mayor gasto público implica mayor recaudo de dinero.

Un dato adicional:

Los países con mayores índices de desarrollo humano, son aquellos que coincidencialmente tiene más altos niveles de libertad económica, son aquellos países donde el Estado tiene unas funciones muy reducidas y además un tamaño muy pequeño en comparación con el mercado. Además, en esos países la pobreza está en niveles muy inferiores y es de aclarar, que los pobres allá viven y tienes mejores condiciones de vida que los pobres de los países menos libres económicamente hablando.

 Así pues, si logré darme a entender con este artículo, compártelo, y anímese a dar el debate de las ideas.

“La libertad es el mayor regalo que tiene la humanidad, ella, crea espacios de competitividad, crea espacios de desarrollo y pone desafíos que siempre serán solucionados, ¿por qué? Sencillamente porque empodera al individuo y a su ingenuidad a buscar soluciones, distinto al Estado que nunca lo hace.”





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